¿A dónde va la OTAN? EXCLUSIVO

La OTAN (siglas en español para la Organización del Tratado del Atlántico Norte) es, quizás, el bloque militar más antiguo aún en existencia a escala internacional. Nacido en 1949, como clara herramienta para la hegemonía occidental en la Guerra Fría, el bloque no ha parado de crecer desde entonces, con un enfoque militarista e imperialista.

La caída del socialismo en Europa del Este, con la consiguiente disolución del Pacto de Varsovia, lejos de marcar su fin implicó un fortalecimiento de su papel a nivel global, con una agresividad aumentada si cabe.

Desde Belgrado hasta Trípoli, pasando por el conflicto en curso en Ucrania, el bloque ha sido la punta de lanza del imperialismo norteamericano y del subordinado imperialismo europeo. A pesar de la propaganda y la apariencia de invencibilidad otorgada por el poderío de los ejércitos que lo integran, hoy la OTAN parece menos fuerte de lo que era a principios de este milenio.

Rusia y China, fundamentalmente, pero también otras potencias regionales, como Irán, han demostrado sus limitaciones fundamentales, algunas de ellas críticas para la propia supervivencia de esta organización.

Para leer sobre el avance de la relación entre Rusia y ChinaEl Oso y el Dragón: geopolítica del futuro – (hueleaazufre.com)

“…el bloque está integrado por algunas de las economías más importantes del mundo, sino que además estos países cuentan con ejércitos poderosos, cuyas reservas combinadas dan la significativa cifra de más de 5 millones de hombres”

La guerra de Ucrania

Para nadie es un secreto que la guerra de Ucrania es un conflicto proxy entre Rusia y la OTAN; que fue activamente instigado por esta última y ha sido sostenido por ella, usando a los ucranianos y sus tierras como carne de cañón en un enfrentamiento cuyo objetivo final es debilitar y, de ser posible, fragmentar a Rusia.

Las asimetrías entre Rusia y la OTAN resultan evidentes al menos sobre el papel. No solo el bloque está integrado por algunas de las economías más importantes del mundo, sino que además estos países cuentan con ejércitos poderosos, cuyas reservas combinadas dan la significativa cifra de más de 5 millones de hombres.

Para leer sobre los aciertos del gobierno de la República Popular China, tras 75 años de fundación: La República Popular China en 75 años: algunas claves de su éxito – (hueleaazufre.com)

Una comparación en materia aérea, arroja que Rusia cuenta con unos 700 cazas interceptores, frente unos 20 mil de la OTAN. Similar desproporción se da en materia naval y terrestre. Adicionalmente, señalar que el presupuesto militar ruso representa apenas el 8 por ciento del presupuesto combinado de la OTAN.

Sin embargo, estos números fríos pueden falsear completamente la realidad del escenario. En la prueba real de la guerra ucraniana, Rusia ha probado, por ejemplo, tener más capacidad de producir munición de artillería que toda la industria militar otanista, incluyendo Estados Unidos.

“Acostumbrados a guerras donde tienen la plena superioridad aérea y pueden asestar golpes decisivos y rápidos sobre enemigos inferiores en armamento, no están preparadas para el desgaste de una guerra de posiciones, con un enemigo capaz y fuertemente armado”

Mientras los arsenales de muchos países europeos han caído a niveles preocupantemente bajos y se ejecutan a la carrera cuantiosas inversiones para aumentar la producción, Rusia ha logrado sostener su esfuerzo de guerra y mantener sus niveles de reserva.

Pero esto es solo la punta del iceberg. Muchos de los equipos y blindados europeos y norteamericanos han demostrado no ser óptimos —y algunos ni siquiera útiles— para dar la batalla en las peculiares condiciones de los frentes de guerra, donde las estaciones imprimen bruscos cambios al clima, las distancias son significativas y el enemigo conoce y sabe aprovechar el terreno. Muchas veces piezas de equipamiento de millones de dólares quedan inutilizadas por drones de unos pocos miles, cuya producción Rusia ha escalado, con la ayuda de aliados estratégicos como Irán.

Adicionalmente, en caso de que la situación escalara a un conflicto directo, las tropas de la OTAN carecen de la experiencia de guerra que demandaría un conflicto en suelo ucraniano o ruso. Acostumbrados a guerras donde tienen la plena superioridad aérea y pueden asestar golpes decisivos y rápidos sobre enemigos inferiores en armamento, no están preparadas para el desgaste de una guerra de posiciones, con un enemigo capaz y fuertemente armado.

Prueba de esto es el fracaso del grupo de mercenarios Mozart, conformado fundamentalmente por veteranos norteamericanos en la Guerra de Afganistán e Iraq, en 2001 y 2003, y otros conflictos en Oriente Medio, los cuales no soportaron la presión de un conflicto como el ucraniano.

“Ya en el pasado tensiones internas han llevado a países miembros a abandonar el bloque por períodos más o menos largos. Es el caso de Francia, quien se retiró de la OTAN en 1966 por tensiones entre París y Washington y no se reincorporó hasta el año 2009”

Las tensiones internas

Como un bloque de 32 países, fundamentalmente de Europa occidental y los Estados Unidos, la OTAN contiene en su seno múltiples tendencias e intereses, no pocas veces en conflicto, sobre todo entre los países más ricos y fuertes, que son quienes, en la práctica, llevan la voz cantante en las acciones del bloque.

Ya en el pasado tensiones internas han llevado a países miembros a abandonar el bloque por períodos más o menos largos. Es el caso de Francia, quien se retiró de la OTAN en 1966 por tensiones entre París y Washington y no se reincorporó hasta el año 2009; así como también Grecia, la cual retiró sus tropas del bloque entre 1974 y 1980, por las diferencias con Turquía.

La crisis que amenaza las principales economías europeas, con el peligro que representa una posible recesión en Alemania a la cabeza, complejizan en buena medida las dinámicas internas de la organización. Países como Francia y Turquía tienen agendas propias alineadas con sus objetivos nacionales, que pueden y han entrado en conflicto en oportunidades anteriores con la agenda común definida por los países miembros.

La desmedida inversión militar de Estados Unidos, que representa el 68 % del gasto total del bloque, ha sido otro factor de tensiones en el pasado reciente. Desde las presiones y amenazas del expresidente Trump, reeditadas ahora de nuevo en la carrera electoral, hasta las presiones generadas por el conflicto con Rusia, que ha llevado a un aumento forzoso del gasto militar, a la vez que Europa pierde un proveedor confiable y económico de hidrocarburos y gas natural, esenciales para el funcionamiento competitivo de su economía, son todos elementos que complejizan la política interna.

“El principal contendiente de la entidad sionista, Irán, ha declarado que, en caso de escalada, atacaría la infraestructura petrolera de la región y cerraría el estrecho de Ormuz, por donde pasa casi el 30 % de la producción petrolera mundial”

Otras fuentes de desequilibrio

La OTAN, además, se enfrenta al peligro que representa la agudización de las contradicciones en Oriente Medio y la posible evolución de un conflicto con China, cuya guerra comercial con Estados Unidos se está cobrando no pocas víctimas entre las empresas más ricas de los países desarrollados.

La situación en Oriente Medio, acentuada por las acciones del genocida Estado de Israel, puede llevar a un enfrentamiento de dimensiones regionales, con consecuencias impredecibles. El principal contendiente de la entidad sionista, Irán, ha declarado que, en caso de escalada, atacaría la infraestructura petrolera de la región y cerraría el estrecho de Ormuz, por donde pasa casi el 30 por ciento de la producción petrolera mundial.

Adicionalmente, otros actores como los hutíes de Yemen podrían cerrar el paso al Canal de Suez. El compromiso con el genocida israelí y la dependencia de ese petróleo y esas rutas comerciales, impulsarían sin dudas a la OTAN a un nuevo frente de batalla para el cual no está preparada.

En el caso de China, aunque aún no parece estar próxima a una situación de guerra abierta, si hay un aumento significativo de intensidad, motivado fundamentalmente por las torpes provocaciones norteamericanas en torno a Taiwán y la creación de hermanos menores de la OTAN, como el bloque AUKUS, que pretende disputar la superioridad militar china en la región. La sensación de pérdida sostenida de la hegemonía que acosa a las élites occidentales puede llevar a la nación líder, Estados Unidos, a profundizar el curso de colisión catastrófico con China, arrastrando de paso a una Europa que ha perdido su soberanía política y capacidad de actuación independiente, al menos como colectivo. Todo esto en un mundo repleto de armas nucleares.

Las presiones corporativas, pues la guerra y la OTAN son un gran negocio, y los afanes imperialistas, han conducido al bloque a un estado de guerra perpetua, imposible de sostener indefinidamente y muy peligroso, en la medida en que los enemigos que se vislumbran en el horizonte ya no son pequeños estados pobres y acosados, sino superpotencias regionales y globales. Parafraseando un verso del gran Mario Benedetti, la OTAN va sin remos y con rumbo de cascada.

 

Fuente: Huele a azufre / José Ernesto Nováez

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