Puerto Rico: la otra elección

Puerto Rico irá a las urnas este 5 de noviembre para elegir a un nuevo gobernador, pero por primera vez en 70 años, desde la creación del Estado Libre Asociado, un candidato abiertamente independentista, está segundo en las encuestas con posibilidades de llevarse el triunfo.

Juan Dalmau, líder de la “Alianza de País”, una alianza entre el Partido Independentista Puertorriqueño y el Movimiento Victoria Ciudadana, se ubica segundo en las encuestas para la gobernación, generando un interesante fenómeno político y social que moviliza la conciencia histórica de este aguerrido pueblo y pone nuevamente en las calles la voluntad unitaria de los ciudadanos que están hartos de las arbitrariedades y de la corrupción que tiene en ascuas a la isla.

Dalmau es un abogado graduado en la Universidad de Harvard con una gran experiencia política, es la tercera vez que se presenta como candidato a gobernador y de acceder a la gobernación, marcaría uno de los hechos políticos más importantes desde 1952, año en que los boricuas fueron a las urnas para refrendar el estatus de Estado Libre Asociado de su isla, que les permitiría tener su propia Constitución y un gobierno con poderes limitados, dependientes del Congreso y el presidente de EE.UU.

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En esta nueva oportunidad, Dalmau cuenta con varios factores que acuden en su ayuda, por un lado, la reacción que generó entre los puertorriqueños, tanto de la isla como de los que viven en el continente, la referencia que se hiciera de Puerto Rico durante la campaña de Donald Trump en Nueva York como una “isla de basura”. Esto sucedió el pasado domingo en un acto del candidato republicano, causando una enorme indignación.

En la memoria histórica de los puertorriqueños todavía perduran los recuerdos de aquel Puerto Rico próspero de la primera mitad del siglo XX, en la que la isla experimentó un desarrollo económico que permitió una mejora significativa en la calidad de vida de sus habitantes.

Luego vendrían las luchas contra la presencia de la marina norteamericana en Vieques, que bombardeó y contaminó la isla, y contra la fuerte y humillante presencia colonialista, que no solo violaba la autodeterminación del pueblo boricua, sino también utilizaba los recursos y la infraestructura de la isla para hacer sus negociados corruptos en detrimento de la gente.

Los gobiernos que se sucedieron en años recientes del PPD (Partido Popular Democrático) y del PNP (Partido Nuevo Progresista) identificados ambos con la dependencia colonial, han estado marcados por la corrupción y son los responsables de una deuda de más de 70 mil millones de dólares norteamericanos, que condena las posibilidades económicas de los residentes que deben hacer frente a las privatizaciones de los servicios básicos como la electricidad, la carencia de transporte público y los aumentos del costo de vida, a lo que se suman el desempleo y la crisis del sistema de salud.

Todavía resuenan los ecos del levantamiento popular que en julio de 2019, derrocara al gobernador Ricardo Rosselló, que tuvo que regresar urgente de sus vacaciones en París, luego de que salieran a la luz pública los comentarios que realizara junto a personas de su confianza, difamando y denigrando a políticos, periodistas, feministas, músicos y organizadores de la comunidad LGBT, que provocaron la ira de la colectividad ya exasperada por los escándalos por sobornos y la respuesta insensible ante el huracán María y la frágil economía del territorio en el que habitan 3.2 millones de personas.

“Dalmau aparece en un momento muy particular de la vida política tanto continental como insular desde que se aprobó el Estado Libre Asociado, su carisma y su consecuencia en la posición independentistas ha calado en el electorado”

Quizás, este sea el momento de dar un giro en la historia electoral de la isla, pero ese giro no será fácil ya que su contendiente es Jenniffer González, miembro del partido oficialista, representante sin voto de los portorriqueños en la Cámara de Representantes de EE.UU. con más de veinte años de experiencia en la política, una millonaria billetera y una enorme estructura propagandística.

Según las encuestas realizadas a fines de octubre por la empresa Gaither International, González cuenta con el apoyo del 31 % de los consultados, mientras que Dalmau obtiene el 29 %. Luego aparece Jesús Manuel Ortiz con el 18 %, representando a un partido que defiende la actual relación de Puerto Rico con EE.UU., y en cuarto lugar Javier Jiménez, de una agrupación extremista de derecha.

Ante esta corta diferencia entre los dos principales contendientes aparecen los indecisos, que representan el 12 % del electorado y quienes podrían inclinar la balanza hacia uno u otro candidato.

Dalmau aparece en un momento muy particular de la vida política tanto continental como insular desde que se aprobó el Estado Libre Asociado, su carisma y su consecuencia en la posición independentistas ha calado en el electorado pues la misma es abordada como una experiencia de transformación de la administración pública y una forma soberana de abordar la relación con los EE.UU.

Por el lado de la oficialista Jenniffer González, su estrategia ha sido atacar y difamar a Dalmau insistiendo en que, de ser electo gobernador, pondría en riesgo el derecho de los puertorriqueños a la ciudadanía estadounidense y a las transferencias de dinero desde Washington, acusándolo de comulgar con las ideas de los gobiernos de la región a los que ella identifica como “totalitarios”, Cuba, Nicaragua y Venezuela.

Dalmau ha concitado el apoyo de distintos sectores que en la práctica decidieron hacer campaña juntos apoyando también a Ana Irma Rivera Lassen, una senadora del MVC para ocupar la silla de Puerto Rico en el Congreso de EE.UU.

Este apoyo unitario también se expresa en las candidaturas para varias alcaldías importantes, como San Juan, la capital, y algunos escaños legislativos, constituyendo esta alianza una expresión que no tiene precedentes en Puerto Rico.

Como no podía ser de otra manera, los artistas e intelectuales que ocuparan un rol relevante en el levantamiento del 2019, como Ricky Martín, Bad Bunny y René “Residente” Pérez, también se sumaron a la candidatura del independentista, aportando importantes sumas de dinero en mensajes a su favor entre sus millones de seguidores en redes sociales.

También lo hicieron destacados presentadores de radio y televisión e influencers, que lo presentan como el candidato del “cambio”.

El desafío de este momento está en ver qué impacto podrá tener este significativo apoyo en la preferencia de los electores puertorriqueños.

Lo cierto es que de ganar Dalmau fundamentalmente tendrá que demostrar que en la isla puede haber un gobierno de unidad, que lleve adelante una buena administración de los recursos de la isla y defienda la dignidad del pueblo boricua constantemente avasallada por la arrogancia y la prepotencia de Washington.

 

Fuente: Huele a azufre

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