EXCLUSIVO. “La isla Gorgona ha cambiado desde que están los militares allí.” Entrevista a Laura Benítez.

Siete días después de que Jon Finer, asesor de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, se reuniera en Bogotá con el presidente Gustavo Petro, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia anunció la reanudación de las obras militares en el Parque Nacional Natural (PNN) Gorgona luego de que fuera suspendido el pasado 13 de marzo de 2023.

Este proyecto se remonta al 2015 cuando la Armada colombiana recibió los permisos para la construcción de una subestación de Guardacostas, esta licencia emanada del Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Juan Manuel Santos a cargo de Gabriel Vallejo, fue defendida también por el siguiente ministro designado por ese gobierno en el 2016. Se trata nada menos que del actual canciller de Colombia Luis Gilberto Murillo, cuya cartera afirmó en esa fecha que el objetivo de ese proyecto en el PNN Gorgona es “construir una infraestructura de servicios y comunicaciones que contribuya a la seguridad nacional, siendo el medio para contrarrestar actividades ilegales de pesca, narcotráfico, uso inadecuado de recursos naturales y contaminación marítima”.

Sin embargo, ya en un artículo que publicamos hace más de dos años, denunciamos que esta isla y la isla Malpelo, ambas ubicadas en el Pacífico colombiano,  forman parte de un proyecto geoestratégico de los Estados Unidos en la región del Pacífico, en el que estaremos profundizando en próximos análisis.

Afortunadamente no han faltado las voces conscientes en Colombia para criticar la reanudación de este proyecto, es por eso que quisimos entrevistar a Laura Benítez, una joven bióloga colombiana e investigadora científica con maestría en medio ambiente y recursos marinos del la Universidad del País Vasco (España), Universidad de Bordeaux (Francia) y Universidad de Liege (Bélgica), que se ha especializado en la conservación de mamíferos marinos,  enfocado al estudio de la población de ballenas jorobadas que se reproducen en el sur del Pacífico colombiano, especialmente en el Parque Nacional Natural Gorgona.  Actualmente Benítez es la profesional de Justicia Ambiental de BAOBAB – Centro de Innovación de Justicia Étnica- Racial, de Género y  Ambiental y forma parte del Colectivo Unidos por Gorgona. En los últimos días se ha convertido en una de las voces más prominentes de la comunidad científica colombiana en defensa de este tesoro natural de Nuestra América.

María Fernanda Barreto (MFB): En el excelente documental de la Revista Raya “Peligra la Gorgona”, en el cual participas como parte de tu Colectivo, se habla de la importancia estratégica de esta isla que trasciende lo estrictamente ecológico. Me gustaría que nos explicaras ¿cuál es la importancia que tiene esa isla en todos sus aspectos, el ecológico, el cultural, el político para ti, que no solamente conoces la isla como científica, sino que además eres colombiana y una persona que ha convivido con las comunidades que la rodean?

 

Laura Benítez (LB): Bueno, desde el punto de vista ambiental, Gorgona es un parque nacional muy importante. Fue creado en el 85, después del cierre de la prisión, precisamente para preservar y conservar ecosistemas de importancia para las comunidades, pero también para la biodiversidad.

Para la biodiversidad porque alberga dos de los ecosistemas más productivos del trópico, que son la selva húmeda tropical y los arrecifes coralinos. Esta selva húmeda tropical, en una isla de longitud de 10 kilómetros por 2.5, es una isla muy pequeña, lo que la hace muy frágil, o sea, es susceptible a cualquier cambio que haya en el ecosistema, donde habitan especies endémicas, es decir, únicas en el mundo. Por ejemplo, allí habita una rana que se llama Leucostethus Siapida, cuyo nombre es en honor a los eperara siapidara, que es una comunidad indígena que tiene una relación muy estrecha y espiritual con la isla Gorgona.

Además también hay otros tesoros escondidos que la gente no conoce. En Gorgona habita una especie de grillo que registra el canto más alto del reino animal, o sea, del planeta entero. Es una joya de la biodiversidad. También es un sitio donde descansan, se refugian y cumplen sus actividades de reproducción muchas especies migratorias, entre ellas las ballenas jorobadas, que llegan cada año allí a aparearse y también a dar a luz.

Es el único sitio en Colombia donde se acercan mucho a la playa constantemente estas ballenas. A menos de 300 metros de la playa se pueden encontrar madres con cría descansando, tanto que uno las puede escuchar desde la playa como lo escuchaste ahí en el documental. También habitan delfines, tortugas marinas, todas estas especies y todos estos grupos biológicos que te he mencionado son importantes, no solamente desde el punto de vista científico, sino que el mismo Parque Nacional lo reconoce en su plan de manejo ambiental porque son considerados valores objeto de conservación.

 

MFB: ¿Qué significa que sean considerados objetos de conservación?

LB: Que son prioritarias para su conservación, razón por la cual se crea el Parque Nacional. Entonces, ¿cómo construir algo como esto que va en contravía de la misma razón de ser del parque? Es lo que nos preguntamos.

Gorgona también es una isla muy importante para las comunidades porque representa una extensión de su vida y de su territorio, a nivel cultural, espiritual y también ancestral. ¿Qué ha pasado con Gorgona? Yo he sentido a Gorgona como la Isla huérfana de Colombia, cuando estaba chiquita. A mí siempre me presentaron a Colombia y las islas de San Andrés y Providencia, pero nunca vi a Gorgona ni a Malpelo. Y creo que eso se ha mantenido en el tiempo, se invisibiliza.

Así como históricamente las comunidades negras del Pacífico han sido abandonadas, olvidadas así mismo su territorio se desaparece de la geografía nacional. El Estado históricamente ha cortado ese vínculo de las comunidades con la isla, porque en algún momento fue privada, luego pasó a manos del Estado para hacer un penal, luego pasa a ser parte del Sistema Nacional de Parques Nacionales y desconoce esta relación ancestral con las comunidades. Entonces, por eso también es una isla muy importante, hace parte de su territorio étnico, colectivo. Es una isla muy importante para los pescadores de Bazán que es el lugar más cercano a la isla, a 35 kilómetros, pues es su fuente de vida, sustento y referente en el mar cuando navegan.

 

MFB: ¿Por qué Gorgona es tan importante para las comunidades costeras de esa región del litoral caucano y nariñense?

LB: Porque Gorgona mantiene el stock pesquero de la región. Significa que allí en esa área de conservación los peces nacen, se reproducen y crecen allí. Y luego cuando son adultos salen del área protegida. Entonces, mantienen este stock pesquero garantizando una fuente de alimento a las comunidades, a las familias del litoral, para su uso doméstico o para su economía local. Entonces, Gorgona también representa ese sustento de alimento para ellos. Y desde el punto de vista político, que creo que conoces mucho más, está el tema del Corredor Marítimo del Pacífico Este Tropical (CMAR). Gorgona hace parte de este corredor biológico, sin embargo guarda características distintas a nivel geográfico. Desde el punto de vista ambiental, me atrevería a decir que es la isla que presenta el estado de conservación más alto ese Corredor. Aunque comparte biodiversidad con las demás islas, todavía mantiene ese estado de conservación.

 

MFB: ¿Qué tan relevante y serio te parece el argumento de este proyecto militar financiado desde los Estados Unidos en la isla Gorgona que se plantea la necesidad de establecer ahí una estación para monitorear el narcotráfico y la supuesta pesca ilegal de China?

 

LB: Es muy interesante esa pregunta. El proyecto dice tener tres objetivos principales. Uno es el control de las economías ilícitas, como bien lo mencionas. Dos, el control de pesca ilegal, también lo mencionas. Y tres, la extracción de recursos naturales y salvaguardar la vida humana en el mar. Entonces, estoy en desacuerdo con los argumentos. Porque primero, si hablamos de pesca ilegal, en Gorgona no hay delitos de pesca ilegal industrial, ni nacional ni extranjera. O sea, allí no llegan los chinos, ni los ecuatorianos, ni los costarricenses. Gorgona es una isla continental, es decir, todavía se encuentra en la plataforma continental del litoral, lo que significa que es muy cercana al continente, valga la redundancia. De hecho, en muchas de las bocanas de los municipios Timbiquí, Guapi, López de Micay, que son del Cauca, y los cinco de Nariño, que son Iscuandé, El Charco, La Tola, Olaya, Mosquera las ven, o sea desde las playas que hay ahí, ven a la Gorgona como ellos la llaman, entonces si estos delitos ocurrieran ya estarían documentados pero no están documentados en ningún lado.

Entonces, ¿cuál es el sustento de la Armada Nacional para decir que en Gorgona sucede esto? No lo tienen. Yo le dije, al mismo Comandante de Guardacostas de la Armada: “pero comandante, esto no ocurre dentro del área protegida”, y me dijo, “sí, no ocurre dentro del área pero sí por fuera, en la zona de influencia”, pero tampoco es así. Si fuera así, esto sería documentado constantemente.  Los bolicheros que vienen de Buenaventura sí hacen pesca, pero no dentro del área protegida, por fuera, porque yo los he visto, la gente los vé. O sea, esto no es ilegal porque están haciéndolo por fuera del área protegida. Están en jurisdicción colombiana y ellos son colombianos, pues son de Buenaventura.

Pero en cambio, sí nos parece muy extraño que en Malpelo, no haya un radar. Y resulta que el Comandante dice que sí hay, pero no es verdad, esto puede ser corroborado por los buzos, miles de buzos que van a Malpelo, por la misma Sandra Besudo, que es una persona que ha estado mucho tiempo yendo a Malpelo. Entonces nos parece raro que allí no haya un radar donde sí ocurre pesca ilegal transnacional y donde es muy común ver este tipo de prácticas, pero sí quieren justificar este proyecto en Gorgona con argumentos que no son ciertos. De hecho, se tiene un acuerdo de uso con los pescadores artesanales de Bazán. Ellos de manera ancestral iban allá a pescar a Gorgona, pero cuando se crea el parque, les prohíben que pesquen dentro del parque. Ellos no lo entendían, ¿cómo lo van a entender si es su casa, si es su territorio? ¿Por qué otro me va a venir a decir lo que tengo o no tengo que hacer en mi territorio? Entonces, bueno, empieza a haber una serie de conflictos entre Parques Nacionales y los pescadores. Mucho tiempo después de que se crea el parque ya empieza a haber un acercamiento y se firma un acuerdo de uso que consiste en fortalecer esos lazos, esos vínculos.

Se genera un proceso comunitarios muy interesante en el cual la comunidad se da cuenta de la importancia de mantener ciertos sitios vedados para la conservación y futuro sustento, entonces se da un Acuerdo y se implementa a partir del año 2010. El acuerdo consiste en realizar las faenas de pesca fuera del área protegida, y cuando las terminan regresan a la isla, el Parque les ha dado una cabaña donde ellos pueden descansar, hacer sus alimentos y pescar afuera del área protegida, o sea, Gorgona para los pescadores es un refugio en medio del mar.

Gorgona también les sirve a los pescadores como un referente en el mar, es su punto de referencia para navegar, depende de cómo esté Gorgona, nublada, soleada, así mismo saben si van a la faena de pesca o no, entonces es un punto vital para su actividad pesquera.

También he hablado con otros integrantes de la Armada y me han dicho que no es necesario que esté esa subestación de guardacostas allí. Me han dicho que hay muchas subestaciones que necesitan repararse, necesitan también barcos de guerra, buques de guerra que están parados. Mantener la operatividad de estas subestaciones cuesta mucha plata al Estado y en cambio se podrían usar otras estrategias militares para estas nuevas modalidades de narcotráfico, como por ejemplo poner plataformas flotantes donde puedan estar estos equipos, pero también  hidrófonos, que son micrófonos acuáticos para escuchar el sonido del mar. De hecho, nosotros en investigación científica lo usamos para grabar los cantos de las ballenas, para describir el paisaje acústico del mar.

 

MFB: ¿Y con respecto al  control del narcotráfico?

 

LB: Con respecto a este punto hay varios temas allí por analizar. Primero, este tipo de delitos ocurre en el territorio continental y salen todas estas embarcaciones con estos cargamentos desde los ríos. En el litoral Pacífico Caucano y Nariñense los ríos son extensos y rodeados de manglares, es una belleza exuberante y al mismo tiempo ocurre esto, es muy triste. Entonces nosotros nos preguntamos, si este delito ocurre en el continente y sale de los ríos al mar, ¿por qué hay que ir a una isla que queda 56 kilómetros de Guapi o a 35 kilómetros de Bazán, Nariño para controlar lo que se debe controlar en el continente?

Además de eso, la misma gente ve cómo en las bocanas de los ríos hay retenes, yo también he ido y hay retenes allí, hace parte de la seguridad y control, detienen la embarcación, piden las cédulas, así como en las carreteras, pero al mismo tiempo sale el semi sumergible en frente de la Armada y la sociedad civil. Yo directamente no lo he presenciado, pero sí las comunidades me lo han dicho y la gente en la mitad esperando que no se vaya a ocurrir un enfrentamiento.

La misma Armada ha estado involucrada en estos procesos y esto está documentado en informes de prensa, del 2016, 2017. El año pasado también hubo un reporte sobre eso que fue bastante sonado en el país, de un hecho en el que capturaron a miembros de la Armada por estar involucrados en estos delitos.

Otra cosa es el tema del radar. Ellos dicen que ha sido un punto ciego entre Tumaco y Guapi y que faltan ojos ahí. Pero este radar tiene una cobertura de 49 millas náuticas, en cualquier funcionamiento de un radar, la probabilidad de detección disminuye a medida que aumenta la distancia. ¿Qué quiere decir? Que no es efectivo en el área total de cobertura. Entonces, uno dice, bueno, en un área donde ni siquiera va a tocar el litoral, o cubre muy poco el litoral ¿Cuál es la real efectividad de control? Además, hoy por hoy, la modalidad más común de narcotráfico en el mar son los semisumergibles y la misma Armada Nacional ha dicho que los radares no detectan esto. Entonces, no hay justificación para hacer una subestación de Guardacostas en la isla.

Hay que entender también cómo funciona un radar. Un radar es como si uno viera una radiografía, no es que uno vea una fotografía, uno ve una escala de colores, detecta movimiento. Entonces, para poder confirmar que lo que la persona está viendo en su computador es cierto, tiene que siempre confirmar con la visual, es decir, observar directamente si lo que está viendo corresponde a lo que se creé se detectó. Esto lo pude evidenciar en la expedición científica Golfo de Tribugá, donde participé. Estas expediciones se hacen con el apoyo de la Armada Nacional y estos barcos tienen radares. O sea, hay también radares en los barcos de la Armada Nacional y si ya hay radares en los barcos, si ya hay retenes, ¿Por qué sigue saliendo tanta coca? Eso es lo que uno se pregunta. Si quieren incrementar el control, el control es en el continente y en estos barcos que hay de la Armada Nacional y embarcaciones que todo el tiempo están patrullando.

Por tanto, si una persona va a estar permanentemente ubicada en Gorgona,  operando el radar, pues tiene que confirmar qué es lo que está observando de manera directa. Incluso tenientes de la Armada me decían, que muchas veces hasta  se confunden. O sea, dado el movimiento que puede ser detectado por un radar, y que presuntamente son lanchas rápidas, cuando confirman, este movimiento corresponde a aves marinas. Entonces hay varias cosas allí por investigar sobre eso y saber qué tan real es poner una subestación de guardacostas allí para incrementar el control del narcotráfico.

Además, en las recientes afirmaciones de la ministra en la rueda de prensa dijo, que esto va a ser una subestación de guardacostas de solo dos lanchas, dos lanchas de la Armada que van a estar allí. Es curioso cómo acomodan  el argumento, porque si son dos lanchas apenas, una unidad pequeña, ¿cómo van a incrementar significativamente el control de narcotráfico, el control de la pesca ilegal que ya expliqué no existe, y otros delitos? ¿Cómo lo van a hacer con solo dos lanchas? ¿Esto ya no lo hacen en el continente? Esas son cosas que se deben cuestionar.

Al mismo tiempo deslegitimizan la defensa de la isla porque dicen, que esto no es una base militar. Ahí yo quiero hacer un paréntesis porque, primero, el “Colectivo Unidos por Gorgona”, el comité científico, nunca ha hablado de una base militar. Los argumentos técnicos científicos siempre han sido en relación a una subestación de guardacostas. Para la gente en general, decir ‘base militar’ es una manera coloquial de describir la infraestructura que se quiere construir en Gorgona. En todo caso, para mí esto es un sofisma que solamente esconde la naturaleza del proyecto que en esencia es militar. Es eso, sea del tamaño que sea, es un proyecto militar, que va a tener un impacto en varios sentidos que ya he expuesto.

 

MFB: ¿Qué acciones han tomado ustedes y las comunidades para tratar de confrontar y detener este proyecto militar? ¿Y qué esperan del actual gobierno de Colombia en torno al destino de la isla Gorgorna?

LB: Para poner en contexto primero, María Fernanda, nosotros somos el “Colectivo Unidos por Gorgona”. Es un colectivo que nace en 2016, producto de toda esta polémica. Nace por la defensa del patrimonio natural de Gorgona, también por la defensa y los derechos territoriales de las comunidades. Así que en ese momento, cuando empieza el debate, no sale de la comunidad científica. Después de otorgarse la Licencia, hubo reuniones con la Armada, Parques, Comité Científico, pero llegó hasta ahí. Luchamos un año, más o menos pero no hubo un pronunciamiento del expresidente Juan Manuel Santos.

Entonces ya en 2018, cuando gana Duque, pues ahí sí que dijimos, no, esto aquí no va a pasar nada. Y en 2022 yo volví a Gorgona después de tres años.

Yo he ido a Gorgona desde el 2013 más o menos. Para mí la isla Gorgona, ha cambiado desde que están los militares allí. Ha cambiado la naturaleza. En el 2022 yo estaba en el módulo de investigadores, que es donde nos alojamos los científicos y estudiantes, abrí la ventana de mi cuarto y lo primero que veo son botas y un letrero que dice “prohibido el paso”. O sea, yo no sé puede caminar por Gorgona libremente.

Si bien hay lugares restringidos para los turistas por propósitos de conservación, no se corría el peligro de caminar por alguna zona porque una persona te dijera “ahí no puede porque es que si no le disparan”. Ahorita sí, ahorita ocurre eso y tenemos evidencia de ello. De hecho, Revista Raya acaba de publicar un audio donde se demuestra esto.

En el 2022, cuando ya gana el presidente Gustavo Petro, decimos, bueno, es ahora o nunca, porque no hay otro gobierno que nos vaya a escuchar y sentimos que este es el gobierno en donde va a haber un cambio con respecto a esto. Y pues eso era lo que esperábamos. ¿Y qué pasó? Pues que detuvieron el proyecto de manera temporal.

Hubo varias reuniones públicas, una  la vicepresidenta y las comunidades, una audiencia pública donde. Estuvo presente la Ministra de Ambiente. Han sido encuentros buenos pero por las características de estos espacios, no han escuchado todo lo que tenemos por decir. Hemos tenido una desventaja porque el alto Gobierno si se ha sentado de manera privada a discutir sobre el tema y a escuchar de manera detenida a la Armada, pero los académicos no hemos tenido espacios como estos. Nunca la Ministra de Ambiente ha escuchado de manera directa al Comité científico de la isla. Esto se ve reflejado en la rueda de prensa donde dijeron tantas incongruencias y afirmaciones erradas, y paradójicamente iguales a las de la Armada. Entonces ha habido una desproporción en la escucha.

Por otro lado, hay dinámicas sociales que ya ocurren en la isla por la presencia militar. Hoy no más lo denunciaba uno de los pescadores de la región, en el programa “Los Danieles”, donde decía que hay abusos por parte de la fuerza pública, que hay intimidación, acciones arbitrarias hacia ellos y la ministra dice no, la idea es que se mejoren las relaciones, que no haya un asedio de parte de la fuerza pública hacia las comunidades, sino que sean las comunidades las que también ejercen su derecho a estar allí pero la realidad es otra. Ya está pasando y va a seguir pasando, porque es que son militares, ellos se expanden, hay una ocupación. Y es así, eso no va a cambiar nunca, por más que ella lo diga. Yo de hecho pienso, si será que en serio ella cree lo que se está diciendo ¿O será que ella nunca ha ido a un territorio, a la Colombia profunda? Pero ella sí ha ido a la Colombia profunda, entonces no entendemos por qué insiste en esto.

Lamentamos mucho las últimas declaraciones de la ministra de Ambiente,  porque además incurren en imprecisiones y en afirmaciones erróneas. Creemos que lo que se está generando es un debate político entre el Gobierno y opositores, quedándose por fuera los argumentos de la Academia, los científicos y las voces de las comunidades locales.

Tristemente, hay sectores políticos de la oposición que también han desinformado por defender la isla y no han sido precisos con respecto a los impactos ambientales. Esto lamentablemente es lo que le ha llegado a la Ministra.

El punto es que pensamos que por esa confrontación política que se está generando ahora, el gobierno nacional está cayendo en los mismos argumentos de la Armada, está repitiendo las mentiras de la Armada y eso es muy delicado. Está reforzando ideas que no son y no están sostenidas con solidez, porque nuestros sustentos, nuestros respaldos son los datos científicos y el conocimiento de causa, o sea, de lo que viven las comunidades allá. De lo que nosotros también hemos vivido. Yo he vivido esto. Una vez yo estaba sentada ahí en la Isla, tomándole una foto a la luna y entonces viene un militar y me dice usted qué está haciendo ahí, le respondí que estaba tomando una foto  y que me disponía a ir a la playa a tomarle más fotos y me dijo que no podía ir a la playa porque me podían disparar.

Por qué yo si estoy en un parque nacional que se supone está dedicado a la conservación de la biodiversidad, a la investigación científica, al ecoturismo, al disfrute de la naturaleza, ¿por qué tengo que vivir esto?

Gorgona no es como un San Andrés donde uno puede estar circulando por todo lado. No, eso es un caserío pequeño y han puesto a la Fuerza Pública al lado de donde viven guardaparques, de hecho está al lado del módulo de investigadores, al lado de los turistas. Esto convierte a Gorgona en un objetivo militar. Poner un radar, una subestación de guardacostas para fines de control militar, claro que ponen en riesgo a la gente mientras argumentan que es para su seguridad. Esta es una falsa seguridad, y esto, no quiero incurrir en imprecisión, pero si no estoy mal, está contemplado en los Convenios de Ginebra donde se dice que poner cualquier puesto militar al lado de la población civil, los pone en riesgo.

Fuente: Huele a azufre / María Fernanda Barreto

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